Cántico de la acacia

La niña aún no había nacido, pero Io-Anna tenía tatuado su futuro nombre en la parte baja de la espalda: Joyce. Y Grace, la suegra, adivina, encantadora y sanadora, había sido visitada por una visión prometedora. “La confianza es el camino para escapar de la desgracia”. Io-Anna le dejó estas palabras en confianza a Grace para que luego pudiera transmitirlas a Joyce. Porque no sabe si tendrá el valor de contarle ella misma lo que, sin embargo, tuvo el valor de experimentar: cómo, para escapar de un orden patriarcal odiado, huyó en bicicleta, a través del barro del pantano, con el domingo vendedor ambulante que luego se convierte en el padre del niño; cómo la pequeña Joyce llegó hasta ellos, sin vida, en una balsa flotante. "Se necesitan tres personas para crear un niño", dijo Grace, "el hombre, la mujer y el Invisible". Al pie de la acacia, el árbol de la inocencia, un magnífico himno a la valentía de vivir, llevado por tres generaciones de mujeres sublevadas en el África actual.

La novela está estructurada en once partes, la mayoría de ellas dedicada a alguno de los protagonistas, integrantes de la familia, y en cada parte hay varios capítulos, breves. Comienza utilizando los recursos de la literatura posmoderna para transmitir los significados de ciertos ritos, como el cántico de la acacia, por el cual la mujeres se trasladan a la isla de las acacias donde llevan a cabo una serie de prácticas de profundo valor simbólico. Y llega a su máxima expresión para transmitir el dolor profundo, el grito que estremece en la parte de Io Anna, y su prima Joyce. "El padre de la prima gritaba: 'Cúbrete, se te ven las curvas' La madre de Joyce gritaba: 'Cúbrete, se te ven las curvas' "Antes morir", murmuraba la prima, y mientras se llevaba las manos al cuello para desatarse las galas en la calle se preguntaba en voz baja por qué festejar sus cuerpos provocaba semejante inestabilidad en el orden de las cosas" Después, la novela pasa a un realismo más convencional, y se refiere a vida, muy especial, de los integrantes de la familia, y sus cambios con el paso del tiempo, el florecimiento y el deterioro, mientras aparecen períodos de violencia política atroz (con algunas situaciones distópicas), xenofobia, fosas comunes, y todas las secuelas posteriores. Un proceso cuya lógica escapa a la comprensión de quienes tratan de analizarlo, y protagonistas que van mutando para mantenerse en el poder, ayudados por la amnesia colectiva electiva que suele seguir al horror. "Esos seres le parecían dotados de la misma naturalidad y buena voluntad con las que el sol provee luz y calor, los veía ataviados con los emblemas de una cofradía sin nombre, una cofradía regida por leyes tácitas que sostienen la vida en un mundo inestable, suspendido en el vacío y amenazados con el vacío." Una buena novela, que incluye muchos elementos muy ricos, de gran calidad y lucidez, casi demasiados como para una sola novela, lo que confiere cierta debilidad en estructura argumental.