En el jardín del ogro

París, la gran ciudad, infinita, inagotable. El lugar más propicio para Adèle en su búsqueda interminable, de un hombre, de ser deseada, de placer, de sexo. Y de otro hombre, y de otro. Adèle tiene una familia que la quiere: Lucien su pequeño hijo, su marido, Richard, un hombre considerado, médico trabajador y dedicado, con un buen presente y un futuro aún muy promisorio. En algunas ocasiones siente que está poniendo en peligro esa unidad familiar, que aunque la aburra, le importa. No siente culpa, sólo un poco de temor. Y su pulsión puede más. ¿Qué busca? ¿Qué está tratando de compensar? ¿O, acaso huye de algo? Tal vez estas preguntas ni siquiera se formularían si fuera un varón; pero es una mujer. Será que por ello esto debiera considerarse un problema; o tal vez, en ese caso, también debería indagar sobre las razones (el problema) de varones que tienen conductas similares. Pero la novela está por encima de eso, no es un alegato feminista. Es sobre seres humanos. En esta foco de luz sobre la escena, se desenvuelve la historia, en el que poco a poco la luz se va iluminando todo el escenario, la historia completa que insinúa algunas cuestión que permita comprender a ambos, a Adéle y a Richard; y su relación. Con un final abierto, tal vez. Todo está contado de forma muy amable y "reader friendly", con amor y respeto por los personajes, sin juicios, como ya había encontrado al leer la excelente [book:Canción dulce|34612694] de la misma autora. Una novela muy buena en la que no se ven las costuras, los artificios, y que da la sensación de haber sido escrita sin esfuerzo; es que Slimani escribe realmente muy bien.