La Promesa

Los Swart son una familia afrikaaner que tiene su granja en las afueras de Pretoria, y algo está por cambiar: Ma se está muriendo, con los amorosos cuidados de Salome, la criada negra de toda la vida. Y le hace prometer a Pa, su deshecho marido, que le cederá a Salome la vivienda que habita con su hijo, dentro del predio de la granja, en agradecimiento por su lealtad y amistad. Además de su marido, y toda la familia extendida, deja atrás a sus hijos, Antón, Astrid y Amor. Antón, un alma herida: con 19 años, el servicio militar obligatorio le ha dejado una cicatriz en la frente provocada por una pedrada de los manifestantes, y una mujer muerta por su rifle; una mujer que podría haber sido su madre. La coqueta Astrid, a pesar de su frivolidad y desinterés por todo lo que no se relaciones con sus gratificaciones, no podrá escapar a las condiciones que se van generando a su alrededor. Y Amor, a quien todos consideran que quedó tonta después que fuera azotada por un rayo, va creciendo olvidada; y de esta forma, de alguna manera, liberada de los mandatos familiares. La saga y la deriva de esta familia se va contando en cuatro bloques, con una diferencia aproximada de diez años entre uno y otro. Mientras tanto, durante todo ese período, en el fondo, Sudáfrica se desgarra y eclosiona, pasando del duro régimen al apartheid, a la transición democrática, de “un hombre, un voto”. Y se puede vislumbrar la pérdida de una oportunidad de un país. La experiencia original y magnífica de una transición pacífica que procuraba que los rencores del pasado no obstaculizaran la oportunidad de la construcción de un futuro mejor para todos, fue desaprovechada. Rápidamente se generó un nuevo statu quo, una alianza entre los más ricos y los políticos corruptos, que mantuvo las profundas desigualdades, y que favoreció el aumento del resentimiento, de la violencia y de la criminalidad. Y el mismo camino parece seguir esta familia. Hay estirpes que pierden su derecho a perdurar sobre la faz de la tierra. ¿Cuándo perdió su oportunidad? ¿Acaso cuándo Pa incumplió la promesa? ¿O ya estaba condenada? Los personajes son magníficos, y van dejando su impronta en la construcción de la historia; la narración es fluida y llena de significado; y la división en bloques evita perderse en detalles intrascendente que podrían hacer pesada la historia, y le termina otorgando una muy buena dinámica. Una novela excelente, tal vez la Gran Novela Sudafricana contemporánea, de un autor que ya está a la altura (y en algunos aspectos supera) a los legendarios J.M. Coetzee y Nadine Gordimer. Damon Galgut (Pretoria, 1963) a quien había conocida en su excelente novela El buen doctor, obtuvo el Premio Booker por esta novela. Los Premios a veces son azarosos, pero en este caso considero que fue ampliamente merecido.