Vida y época de Michael K

Cuenta la historia que estando el filósofo Diógenes sentado frente al tonel donde vivía con su perro, se le presentó Alejandro Magno: “Mis respetos, Diógenes. Soy el hombre más poderoso de la tierra; decime que puedo hacer por vos". Y Diógenes le respondió: “Córrete un poco que me tapas el sol”: Diógenes era un hombre libre, porque había logrado reducir sus necesidades a lo esencial. Michael K es un hombre que tiene todos los factores de la vida en su contra, desde un defecto de nacimiento hasta el contexto histórico de ser un negro pobre en la Sudáfrica del Apartheid. Y a lo largo de la novela podremos acompañarlo en su deriva, como un hombre libre, con necesidades mínimas; una deriva que me resultó ágil, atrapante y fascinante gracias al arte y la sensibilidad de Coetzee. Una novela que me cambió: me hizo valorar mucho más la importancia de ser una persona realmente libre, y me permitió desarrollar una sensibilidad para identificar y comprender en otros esta libertad, esta falta de necesidades, en mi vida cotidiana. Hasta ahora no tenía dudas de que la mejor obra de Coetzee era Esperando a los bárbaros; ahora no estoy tan seguro. Una obra de arte. John Maxwell Coetzee nació y vivió gran parte de su vida en Sudáfrica, hasta que la condena social que recibió tras su novela Desgracia (en la era de la euforia post apartheid tuvo la impertinencia escribir una novela en la que el malo es negro; una falta de corrección política inaceptable); actualmente vive en Australia. De cierta manera, más allá de que parece ser arrogante y antipático, Coetzee es posiblemente un hombre libre.